8 de octubre de 2010

ERA ELLA. Manuela Gutierrez

No se por qué razón se me quedó grabada aquella escena, que no tenía nada de extraordinario. Era un día cualquiera. Como otros tantos, yo había salido con mi hija Consuelo, de ocho años, a dar un paseo por el campo. Es habitual que las parejas vayan alli a hacer el amor. Consuelo lo tiene tan asumido que ya no pregunta. Sin embargo, esta vez, a mi se me había quedado en la mente el pelo y la ropa de la chica.
Volvimos a casa sobre las ocho. Al rato llegó Andrea, mi hija de quince años. Al darme un beso sentí el olor de la hierba.Me di la vuelta y de esta forma pude ver sus ropas.Aunque antes de verlas ya lo intuía. Sin lugar a dudas, era ella.

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