8 de octubre de 2010

SE ME QUEDO GRABADA. Jose Valiente.

No sé porqué razón se me quedó grabada aquella escena que no tenía nada de extraordinario. Era un día cualquiera, como otros tantos, yo había salido con mi niña Consuelo de ocho años, a dar un paseo por el campo.
En un momento dado la sorprendo con una margarita, arrancando sus pétalos diciendo “Me caso o no me caso; con un viejo o con un muchacho.....”; En realidad no es el que sorprendido fuese yo ni era ella la sorprendida, porque no era la primera vez que nos vimos en aquellas circunstancias pero si se me quedó grabada dicha escena por la transcendencia que tuvo pasando el tiempo:
Mi niña Consuelo a sus ocho años había entrado de interna a recibir clases en un convento de Madres Carmelitas donde, como es sabido, las profesoras son religiosas y prestan mucha atención a sus alumnas con vistas, sobre todo, a “quedarse con ellas”, esto es a que un día formen parte totalmente de su comunidad, lo que nos parecía a nosotros los padres bastante bien y al efecto tenían con nosotros muchas reuniones y nos informan con todo detalle de los progresos de la niñas según sus intenciones y cada vez se mostraban más satisfechas . . . . . pero, marchando así las cosas ocurre el desencanto para las monjas que con mucho pesar nos comunican que nuestra niña no sirve para un convento. Sino que muy bien para una buena y honesta ama de casa y nos aconsejan que le encontremos un buen cristiano con quien formar una familia modelo, porque es lo que tanto nosotras como ustedes merecen. Después de mucha meditación es lo que lo que podemos aconsejarles. Ultimamente es la impresión que nos han dado cuando “espiábamos” su labor de jardinería que le teníamos encomendado: se pasaba el santo día con las margaritas y entonando romances amorosos., ,,, Y así fue como encontramos a un Don Juan Tenorio, ni tan Don Juan ni tan Tenorio como el célebre para nuestra novicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario