21 de octubre de 2010

MAL PERDEDOR. Jose Valiente

El joven Ernesto, empuñando una pistola, se presentó en casa del hombre que le había arruinado:
No, no no voy a matarlo Don Braulio: Mire qué herramienta más mona me he comprado. ¿No se ha enterado que ya tengo licencia para el uso de arma corta?.
Pues no. No me había enterado de que había ascendido de categoría social. Claro desde que eres concejal se entiende. Pero tú sí sabias que me ocupo de la venta de armas y otros objetos que subastan en Juzgados y Comisarias que estoy autorizado para su comercio y que es mi medio de vida. Vamos que podías haberme comprado el arma con la que tanto presumes. De todas formas, al parecer a partir de ahora, tendré que llamarte Don Ernesto y tratarte de Señoría. En consecuencia te autorizo a que me apees el “Don” y me tutees.
¡Hombre no pensé que te sentaría tan mal que mi humilde persona progresara algo!.
Pues sí que me ha sentado mal tu proceder, hasta el punto de no saber si despedirme con el consabido “tan amigo como siempre”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario