21 de octubre de 2010

UN MOMENTO DESESPERADO. Elena Jarque

El joven Ernesto, empuñando una pistola, se presento en casa del hombre que le había arruinado: Llamo a la puerta, abrió la sirvienta, le pegó un empujón, cerró y apuntándola le dijo:

_Llévame donde esta don Braulio. La sirvienta empezó a temblar lo llevo hacia su despacho, cuando don Braulio le vio se puso de pie y dijo:

_no vallas a cometer una locura, todo tiene un arreglo. _Ernesto empujo ala sirvienta hacia donde estaba él. Y le apunto insultándolo y pidiéndole cuenta. _Don Braulio le dijo. _Podemos llegar a un acuerdo si quieres._Cuando la puerta se abrió, apareció la mujer y su hijo pequeño.

Ernesto se quedo mirándolo fijamente, acordándose de su familia y pensando que iba a ser de ellos, bajo la pistola y cayéndoles las lagrimas salio de la casa.

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