19 de marzo de 2014

La ocurrencia de la abuela. Manoli Cumbrera.



  De niños, todas las tardes que podíamos mis hermanos y yo, íbamos a casa de los abuelos y jugábamos en el parque Calderón.  Uno de esos días, desobedeciendo a mi abuela, y  aprovechando que no estaba en casa nos llegamos hasta el puente San Alejandro.

  - ”Mirar” ¡ qué pez tan grande!

  _¿”Adónde”- pregunté al mayor de mis hermanos.

  _Ahí,  ¿es qué no lo ves?

  _Nooo, yo quiero verlo.

  Sin pensármelo dos veces, metí mi cabeza por los barrotes , de tal forma que  no podía sacarla, con la ayuda y esfuerzo de los demás, lo logré.

  Al llegar a casa, la intuición y nuestras caras, hizo que la abuela sospechara que algo había ocurrido, cuando Pepito le contó lo acontecido temiéndome lo peor al verla dirigirse a mí, me tapé la cara, mas  a ella sólo se le ocurrió levantarme la falda y exclamar.

  -¡¡Menos mal qué te cambiaste de bragas antes de salir!! 




                                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario