19 de marzo de 2014

Es un plato que se sirve frio. María Jesús Conejero.


Cascó un huevo contra el borde del plato y dejo que el contenido se escurriera. La clara colgó de la cascara sin caerse del todo y echo mano de otro huevo repitiendo la operación y así media docena de veces más. A continuación mezclo las papas cortadas con los huevos revueltos. Algo de cascara tendría pero a papas y huevos no le iba a ganar nadie.
Estaba muy nerviosa, tenía que darse prisa  pues el tiempo era limitado. Y no era por el premio, al menos no por ese,(  que era una porquería). Ella esperaba conseguir otro mejor…
-¿no deberías haber frito las patatas antes de mezclarlas?- rio Helena,  que a su lado hacia otra tortilla para el concurso.
-es una receta nueva –contesto Marta,  que hasta entonces no había advertido ese ¨pequeño¨ error. (Toma agilidad mental) –pensó-.
Su relación a ojos de todos era magnifica, -un ejemplo a seguir- solían decir-. Nada más lejos de la realidad.
Desde que su marido la abandonara  por aquel pendón, que además era más joven que ella,  había desempeñado el papel de ex esposa moderna y comprensiva, albergando la esperanza de que llegara el momento de la venganza. Quizá fuese este, si no…  sabría esperar. Además al enemigo mejor tenerlo cerca…  por lo que pudiera pasar.
El jurado empezó la degustación. El gordo de la esquina tomo una porción de la tortilla de Marta e hizo un gesto de desagrado a sus compañeros que todos interpretaron acertadamente como: ¨ no se puede comer¨. Así que la dejaron a un lado. Este era su momento, ahora o nunca. Todos estaban expectantes por el premio, nadie reparaba en ella. Vertió parte del contenido del  frasquito que extraído del bolsillo disimuladamente, guardaba en la palma de la mano. Le pareció poco y acabo echando todo sobre un pequeño trozo que ofreció a su rival.
-Está claro que en esto también eres la mejor-musito fingiendo decepción-
Al menos ¿la probarás?.
-Quita, quita…así estará.
-Anda…– insistió  con una expresión mitad  suplicante mitad mimosa- Me lo debes, como dijo no sé quién: el buen triunfador no humilla al  vencido, lo reconforta-
-trae, pero solo un poco ¿he? Y… ¡ no me molestes mas ¡ ¡ Por Dios Marta¡, no he probado nada peor en mi vida. –Grito, para dejarla claramente en evidencia-.
“no lo sabes tú bien “se dijo para sus adentros intentando disimular su satisfacción.
A la mañana siguiente en todo el pueblo no se hablaba de otra cosa que del espectáculo ofrecido por una jovencita en el concurso anual gastronómico. Ya que el periódico local, a falta de algo más interesante, lo aireo en el dominical con material grafico incluido.
 - Parece que se encontró indispuesta,- comentaba  el periodista-  y como seria el apretón  que antes de llegar al baño se le aflojaron los esfínteres ante las atónitas  miradas de los allí presentes. En su huida -prosiguió-derribo la mesa del jurado dando lugar a que las viandas que en ella se encontraban fueran a caer sobre el liquido elemento ,que momentos antes desaguara la desdichada, lo que dejo a todos con la boca abierta más que por asombroso, que también,  por lo repulsivo de la escena. Y por si fuera poco  el violentado marido al ir tras ella resbaló cayendo de bruces sobre lo anteriormente mencionado.
-¡A esos no se les vuelve a ver por aquí¡ -sentenciaron las comadres entre carcajadas-.
-La que lo va a sentir va a ser Marta afirmo una de ellas, las demás asintieron… ¡estaban tan unidas¡



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