Parece ser, el Dr Alejo había pasado los últimos años de su
vida investigando sobre biomecánica.
Esta ciencia se había convertido en su gran obsesión, hasta
el punto de llegar a amputar la mano de un cadáver del depósito del hospital
donde prestaba sus servicios.
Quería analizarla e investigar, creó un circuito biomecánico
y lo instaló en su interior.
Pasaba las noches en vela , obsesionado con lograr el exíto
en su experimento.
Una noche mientras trabajaba con su ordenador, observó cómo
la mano comenzaba a moverse, realizando lentos y torpes movimientos con los
dedos. ¡Lo había conseguido! ¡La mano tenía vida propia!
Poco a poco iba consiguiendo grandes progresos como, agarrar
objetos con precisión e incluso teclear el ordenador.
Estaba muy entusiasmado por que había conseguido algo
revolucionario, pero a la vez se sentía agotado, se dejó caer en la cama y
rapidaménte quedó sumido en un profundo sueño.
Pasadas unas horas notó una suave caricia en el cuello,
pensaba que esto formaba parte de su sueño, pero cuando tomó conciencia ya la
mano le presionaba la garganta con una fuerza arrebatadora. Si, murió
estrangulado, pregúntandose en qué había fallado para que su macabro
experimento y la ciencia se volviesen contra él.
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